Brandy- La luz que guía

Conoce a Brandy: La luz que guía

Brandy no solo trabaja en la sede de ThetaHealing; es parte de su ritmo. Lo sientes en su risa que resuena por el pasillo, en su capacidad para mantener el espacio para mil partes en movimiento a la vez, y en la silenciosa certeza tras su mirada que te dice: te ven, te apoyan y todo va a estar bien.

Ella es la hija de Vianna Stibal, pero también madre de tres niños, una potencia creativa, una maestra nata y el tipo de alma que puede poner orden en el caos y al mismo tiempo hacerte sentir como si estuvieras envuelto en sol.

"Soy un tesoro", dice con una sonrisa. Y cualquiera que la haya conocido sabe que es cierto.

Brandy se crio en un hogar donde la intuición era normal, se presenciaban milagros y la fe era más que un concepto: era una práctica diaria. Era apenas una niña cuando vio a su madre sanar del cáncer, un momento que, silenciosamente, anclaría todo lo que vendría. "Me enseñó que todo, de verdad, todo, es posible", dice.

Ha formado parte de la sede casi toda su vida: empezó contestando llamadas a los nueve años y regresó a tiempo completo tras el nacimiento de su primer hijo. Lo que empezó con un simple trabajo de oficina pronto se convirtió en una misión.

Desde la supervisión de sistemas globales de instructores hasta la creación de una plataforma de educación en línea durante la pandemia, Brandy ha participado en cada etapa de la expansión de ThetaHealing. Aprendió tecnología por su cuenta, diseñó flujos de trabajo para eventos, construyó estudios portátiles y aceptó todo lo que el Creador le puso por delante.

“No hay un plan definido cuando haces algo que nunca se ha hecho”, explica. “Pero he aprendido a confiar. Cuando llega el momento de buscar soluciones, aparecen las respuestas”.

Y, sin embargo, a pesar de toda su brillantez tras bambalinas, fue su mayor desafío al convertirse en maestra. "Al principio, pensé que tenía que ser mi madre", admite. "Pero luego me di cuenta: no me piden que la reemplace. Me piden que sea yo misma".

Ahora, Brandy enseña junto a Vianna con una voz propia: alegre, con los pies en la tierra y profundamente conectada. Sus alumnos dicen que se siente como volver a casa.

Fuera de clase, el mundo de Brandy está lleno de risas, noches de cine, canciones de Disney, béisbol en el patio y momentos de baile descalza en la sala. Es una madre sincera, una esposa que ama profundamente y una amiga que está presente incluso cuando su horario le impide hacerlo.

Lo que la hace diferente no es sólo su capacidad para hacerlo todo, sino el corazón que pone en todo lo que toca.

“Ámate”, dice. “Aunque no sepas cómo. Está en tu interior. Respira. Confía en el Creador. Y recuerda: tu luz importa”.

En un mundo que busca sanar, Brandy es el recordatorio de que la alegría puede ser un camino, el liderazgo puede ser suave y no es necesario saber todas las respuestas; solo hay que estar dispuesto a caminar con amor.